En la línea de Carta de una desconocida y de Veinticuatro horas en la vida de una mujer, publicadas en un volumen en esta colección, Ardiente secreto y Miedo muestran una vez más no sólo la maestría de Stefan Zweig para plantear historias que nos enganchan de principio a fin, sino también su capacidad para observar y analizar los resortes del comportamiento y de las emociones humanas. Si en la primera es la figura del niño Edgar la que sirve para armar y desentrañar una turbia aunque vulgar relación amorosa adulta en la que involuntariamente se ve implicado, en la segunda es la amenaza del descubrimiento de una infidelidad el bastidor que sirve a Zweig para urdir un relato que arrastra de forma incontenible al lector.
Traducción de Carmen Gauger