En Delitos y faltas, que se rodó en diez semanas a finales del otoño de 1988, Allen habla de amores, ilusiones, creencias religiosas, dudas éticas, éxito y fracaso, y también de como distinguir el bien del mal en situaciones complejas y delicadas. Delitos y faltas es una mezcla de comedia y drama que urde una fascinante trama de relaciones intrincadas, entretejidas entre sí.
Judah Rosenthal (Martin Landau) es un rico y respetado oftalmólogo de Manhattan que intenta poner fin a una relación extramatrimonial con una azafata (Anjelica Huston), pero ésta le amenaza con arruinar su vida y contarlo todo a su mujer. Paralelamente, se nos cuenta la historia de un productor de documentales sobre cuestiones ecológicas (Woody Allen), que apenas gana para vivir, y la de su cuñado (Alan Alda), un productor de televisión frívolo y fatuo, que sin embargo goza de fama y gana millones. Como no podía ser menos en una película de Allen, los dos se enamoran de la misma mujer (Mia Farrow)02026;
Como siempre, Woody Allen ha revisado él mismo la edición en forma de libro de este guión, por lo que sigue con fidelidad los diálogos y las incidencias de la película, al igual que los demás guiones que él ha autorizado a publicar y que Tusquets Editores ha ido sacando desde 1981 : Manhattan, Interiores, Annie Hall, Recuerdos, Sueños de un seductor, Zelig, Todo lo que usted quiso saber acerca del sexo02026; y Hannah y sus hermanas (Cuadernos Infimos 95, 97, 99, 101, 109, 115, 130 y 132). También le publicamos sus tres libros de cuentos -Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, Sin plumas y Perfiles-, ahora reunidos en un único volumen titulado Cuentos sin plumas (Andanzas 83), y dos obras de teatro, La bombilla que flota y No te bebas el agua (Cuadernos Infimos 121 y 127).