Después de publicar El equipaje abierto (Marginales 152), el último libro de poesía de Felipe Benítez Reyes, nos causa gran alegría contribuir a que sus lectores habituales conozcan su producción literaria más reciente, Maneras de perder, su segundo libro de relatos.
Vivir en un pueblo tiene sus ventajas para un escritor de la talla de Benítez Reyes. El mismo lo reconoce, no sin ironía: «Vivo en Rota por dos razones más bien insignificantes: porque he nacido en este sitio y porque me gusta demasiado escribir como para no disponer de tedio suficiente para poder escribir». Ahí está para corroborarlo su ya extensa y espléndida obra como poeta, narrador y ensayista.
«El cuento, como el poema, se basa en la intensidad», afirmaba recientemente Benítez Reyes. Y así son, en efecto, estos quince relatos: intensos, concisos, rotundos. Aunque distintos entre sí, les une el innegable afecto que siente el autor por los llamados perdedores, por quienes luchan infructuosamente con su propio destino en el afán de huir de un previsible fracaso. Pero ¿son en realidad fracasos? En el cuento «Un malentendido», por ejemplo, el protagonista confiesa: «. . .Paso por la calle Trofeo del Rey como quien va a robar un tesoro que no le dará la felicidad, pero sí tal vez el miedo necesario para seguir viviendo»02026; ¡Seguir viviendo puede ser una conquista! Así pues, lo que estas deliciosas historias, llenas de ironía y de misterio, nos demuestran es que, a veces, persiguiendo lo imposible se obtiene algo tal vez aún más descabellado: la sabiduría de aceptar ser lo que somos y lo que se encuentra a nuestro alcance.