Las aventuras amorosas de Don Juan, narradas por él mismo, y justificadas en la fascinación y el respeto hacia las mujeres, así como en la complejidad de su deseo sexual. Una nota al principio de la novela cuenta que alguien anónimo mandó este manuscrito a Douglas Carlton Abrams, y que es el diario del propio Don Juan, redactado en 1593 en Sevilla.
El propio autor cuenta que escribió este libro intentando responder a una pregunta que le obsesiona: ¿Es posible comprometerse para toda la vida con la misma persona? Y, si es posible, ¿se puede entonces mantener la pasión, seguir aunando amor y deseo en la misma persona para siempre? Cuando ya estaba escribiendo, quería demostrar que si Don Juan tuvo tantas mujeres fue porque las respetaba, las trataba como nadie lo hacía y su principal interés era no el placer propio sino proporcionarles placer a ellas.