En julio de 1956, al volante de un Simca Marly, Dominique Lapierre (entonces joven periodista del Paris Match), Jean-Pierre Pedrazzini (fotógrafo) y sus dos mujeres dejan París y se dirigen a la Unión Soviética, un país prohibido a los occidentales, para realizar un reportaje que cincuenta años después sigue resultando fascinante.