Escrita en primera persona, la novela constituye el diario secreto y erótico de Carolina Otero. Criada, bailarina y prostituta, la legendaria «devoradora de hombres» se presenta como una mujer que supo comerciar con su belleza para suplir la infelicidad, que fue plebeya antes de convertirse en la reina frívola de un mundo que miraba de frente al fin del siglo XIX y que terminó rendido a sus pies.
La pasión de la Bella Otero nos revela también la otra cara de la sociedad burguesa de la época, dominada por las falsas apariencias y la hipocresía. Carolina representa la trastienda de ese mundo, es el símbolo del rostro oculto tras la máscara del carnaval, del placer, la lujuria y el vicio.
Ramón Chao desgrana en esta falsa autobiografía el tránsito de una niñita de aldea paupérrima y familia miserable a la cortesana más destacada de la historia, por la que perdieron la cabeza hombres como Alfonso XIII, Leopoldo II de Bélgica, el zar Nicolas I de Rusia o el káiser Guillermo II de Alemania.