Obra de referencia para quien desee ahondar en los abismos de la sensualidad humana, la novela La Venus de las pieles alberga toda la constelación de símbolos que han pasado a definir el masoquismo: fetiches, látigos, disfraces, humillaciones, castigos y, por supuesto, la inmutable presencia de una terrible frialdad. La frialdad que exhibe la implacable y hermosa Wanda hacia Severin, por completo esclavizado.