Analisa acude a la llamada de su tía moribunda. A la mañana siguiente, despierta en un ataud. La joven, convertida en vampiresa, viaja desde el Madrid del siglo XVIII al Madrid actual, para encontrar un hombre compatible con quién engendrar un hijo. Partiendo de las leyendas clásicas, la autora forja un mundo propio en el que los vampiros pueden exponerse a la luz del sol o tocar crucifijos sin problemas.