Oscar Wilde fue uno de los maestros indiscutibles de la literatura universal. Su única novela, El retrato de Dorian Gray, se convirtió en todo un manifiesto del Decadentismo, movimiento que pretendía liberar la literatura y el arte de las convenciones de la moral burguesa. Fue su producción dramática, compuesta por brillantes comedias de crítica social, la que nos dejó mayores muestras de su fascinante filosofía de vida. Figura irreverente para su época y clase social, fue amado y denostado a partes iguales por sus contemporáneos, aunque los más selectos anfitriones de las clases acomodadas siempre deseaban tenerlo en sus reuniones.
Bajo la apariencia de una de sus deliciosas comedias, estas conversaciones nos brindan la oportunidad de conocer al Wilde más auténtico; son las interesantes charlas que mantuvo con artistas de su época, como Whitman o Whistler, y con la flor y nata de la clase alta victoriana. A través de su propia voz sabremos lo que este lúcido escéptico opinaba sobre la política, el arte, la guerra o el clero, regalándonos reflexiones atemporales que, como su obra literaria, evidencian la dificultad de adecuar nuestras vidas a las exigencias de la sociedad.
«Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí.»
Oscar Wilde