Sus páginas rezuman la sorprendente cantidad de vivencias de alguien que ha sentido el cielo y el infierno. Ha crecido en una pequeña localidad provinciana y ha recorrido las más grandes urbes de la civilización. Ha visto con tristeza el interior de las favelas brasileñas más paupérrimas y también sus pies han pisado las suaves moquetas blancas de poderosísimas casas. Alguien de una cultura enciclopédica al servicio de la Iglesia en uno de los campos más extraños que pueden existir: el de la demonología.
Se trasluce en la obra un hombre renacentista al que le encargaron hacer una tesis sobre el exorcismo, y cómo esa tesis le cambió la vida. Su libro es una inmersión en el mundo de la Iglesia, en el mundo real del clero.
Lejos de las obras de ficción, que nos presentan una imagen artificial del ambiente eclesiástico, sus memorias están plagadas de los infinitos detalles que ha ido anotando en su cuaderno de recuerdos. Todo lo cual hace de sus Memorias una obra veraz y bellísima. Con independencia de las creencias de cada uno, la obra supone la inmersión del lector en la mente y las vivencias de un intelectual al que los caminos de la vida le llevaron al sacerdocio.
El padre José Antonio Fortea se ha convertido en uno de los más brillantes exorcistas del mundo, es considerado uno de los mejores demonólogos del momento.