Tema recurrente de la religión, la poesía y la teomanía delirante, el infierno es aún más viejo que los dioses y los demonios; es el mundo de abajo, reino inferior, Gehena, país o casa de Hades y Perséfone, de Plutón, de Dite... El infierno es un tapiz de imágenes atroces que tejemos los vivos desde hace milenios. En sus espacios tristes vagan cabezas griegas sin vigor o almas cristianas sajadas por las garras de un demonio. Hace más de cinco mil años que los muertos se mueven en las sombras cubiertos por una túnica de plumas, como pájaros ciegos que no ven nunca la luz. Sin embargo, hay cientos de millones de seres humanos para los cuales el infierno no puede ser otra cosa que el dolor de la vida. Inferno ofrece un amplio catálogo de paisajes de las postrimerías de la vida a través del tiempo y las diversas mitologías y religiones, con particular detención en la que más nos concierne, la bíblica.