Con estas palabras describe el autor el escenario que vivió España hace ahora dos siglos. García Cárcel se encarga de diseccionar los mitos de la guerra de la Independencia, desde la épica del 2 de mayo de 1808 a la significación de las Cortes de Cádiz, y llega a la conclusión de que los mitos existen porque la realidad es siempre mucho más mediocre.