Sor Emmanuelle, a quien se ha comparado con la Madre Teresa, porque ambas dedicaron su vida a los más pobres entre los pobres y sufrieron una fuerte crisis de fe, murió un mes antes de cumplir los cien años. Quiso ofrecer sus ideas y sus experiencias tras casi un siglo en este mundo y contar cómo fue su vida dedicada a los demás, las dificultades y obstáculos que se encontró en el camino, y la alegría con la que siempre vivió.
Consciente de que no le quedaba mucho tiempo, habló con más libertad de lo que lo había hecho jamás y reveló cosas que nunca antes se había atrevido a decir. Estas confidencias son a veces jugosas, a menudo asombrosas y siempre emocionantes, porque aborda, sin ningún tabú, los asuntos más personales y más sorprendentes.