A la pequeña bruja nunca le permiten hacer nada. ¡Tampoco asistir al baile de las brujas! Pero ahora, siguiendo los consejos de su amigo Ajetreo, un cuervo muy sabio, acaba de tomar una decisión: va a aprender brujería por su cuenta, aunque tenga que estudiar un montón de horas cada día. Y va a plantarles cara. Pero ¡ay!, ¿podrá una brujita buena salirse con la suya frente a las brujas malas?