Razo, bajito, gracioso y no muy buen soldado, está seguro que su capitán le ha pedido por compasión que participe en una misión de élite. Pero cuando los bávaros llegan a aquel extraño país del sur, es Razo quién descubre su primer cadáver. Él es el único bávaro capaz de hacerse amigo tanto de los de alta alcurnia como de los de clase baja. Y es el único que debe aceptar su propio talento para devolver a casa sanos y salvos a los soldados bávaros.