No hay nada comparable al gozo del saber científico, porque con él podemos conocer el universo, el mundo que nos rodea, la vida y a nosotros mismos. Y sin embargo, nos disuade de ese conocimiento una prevención injustificada: solemos creer que es difícil y, quizá, prescindible. Ese trágico error deja a los ignorantes indefensos ante la naturaleza y sus manifestaciones cotidianas al mismo tiempo que pierden irremisiblemente una fuente inagotable de placer intelectual.
Antonio Mingote y José Manuel Sánchez Ron, compañeros en la Real Academia Española, se han confabulado para que cualquier lector encuentre aquí, de la mano de los dibujos de uno y de la capacidad narrativa divulgativa del otro, su epifanía científica.
¡Viva la ciencia! se diferencia de todo lo publicado hasta ahora por la perfecta sincronía con que dibujo y texto se alían para incitar a sus lectores 02013;niños, jóvenes, mayores02013; a adentrarse y disfrutar del maravilloso mundo de la ciencia y de sus hacedores.