Hace mucho tiempo, mucho antes de la creación del mundo, cuando el cielo, la tierra, los hombres, los animales y las plantas aun no habían aparecido, existía un universo que los antiguos egipcios llamaban Nun.
El Nun era una extensión infinita de agua oscura. No había luz que la iluminase ni viento que la agitara, porque ni el sol ni el aire había sido creado. El primero de los dioses, el dios creador, dormía un sueño profundo, y su espíritu flotaba entre las aguas. Cuando despertó, comenzó por crearse tomando forma y partió a explorar el Nun.