La elaboración de la seda era un secreto en manos de los chinos. Su transporte a través de diferentes países y miles de años dieron lugar a la que hoy conocemos como la RUTA DE LA SEDA, y ésta, a su vez, a numerosas historias y leyendas. En el año 548, la emperatriz Teodora, esposa del emperador Justiniano, cabeza del imperio bizantino, agoniza en Constantinopla no sin antes emitir su última voluntad: conseguir el secreto de la seda con el fin de acabar con el monopolio comercial de los mercaderes persas. Tres años más tarde, una expedición formada por varios hombres entre los que se encuentran Rashnaw, un monje seguidor de Nestorio, y Xenos, un maestro tejedor corintio, iniciarán un largo y penoso viaje hacia la lejana China, poseedora del secreto de la seda, donde les aguarda no sólo una difícil misión, sino también el amor más apasionado.