Americano nacido en Tel-Aviv (1967), Michael Ackerman es un uno de los fotógrafos más relevantes de la actualidad. Su uso del blanco y negro, sus imágenes enigmáticas y la iluminación rozando lo visible le han creado una reputación de fotógrafo que muestra el mundo al borde del abismo. Half Life se detiene en rostros, paisajes, prostitutas, trenes abandonados y barrios marginales, logrando uno de los reportajes más importantes de la década.