En La tumba de Alejandro, el autor fusiona sus conocimientos como arqueólogo con su talento para la novela, para arrastrarnos a una reconstrucción minuciosa de uno de los misterios más fascinantes de la Antigüedad: la tumba de Alejandro Magno.
La historia de la tumba de Alejandro Magno es la de una gran aventura. Su relato verdadero es difícil de desentrañar de las numerosas leyendas, datos incógnitos y la multitud de contradicciones que lo circundan.
Tras la expansión del cristianismo el sepulcro de Alejandro, ubicado en la ciudad que lleva su nombre y convertido en centro de peregrinación durante siete siglos, cayó en el olvido. Tanto por catástrofes naturales como por conflictos bélicos, se borró el rastro de la situación de los restos del mítico conquistador macedonio. El interés por hallarlos apareció con el renacimiento de la fascinación por el mundo Antiguo y la arqueología que surgió durante la campaña egipcia de Napoleón. Desde arqueólogos renombrados hasta aventureros y cazatesoros, han sido muchos los que se han obsesionado con hallar el paradero de la tumba del héroe más grande de todos los tiempos.