Quedan pocos días para que las tres lunas entren en conjunción y el dios loco Tubilok abra las puertas del infernal Prates, lo que provocará la aniquilación de Tramórea. Kratos y Derguín tratan de evitarlo, cabalgando por separado hacia la misteriosa Tártara, la ciudad prohibida del este que flota sobre el abismo.
Mientras tanto, Tarimán vuelve a forjar, mil años después, una espada de poder. Ariel intenta burlar las acechanzas del nigromante Ulma Tor y devolverle Zemal a Derguín, y los magos Kalagorinôr tratan de ayudar a los humanos en su desesperada carrera contra el calendario y los dioses.
Salvo Mikhon Tiq que, conocedor del terrible secreto de su propio origen, parece haberse convertido en aliado de Tubilok.
Todas las piezas están colocadas en el tablero para una última partida. Para algunos, el premio es la supervivencia y la posesión de Tramórea. Para otros, el dominio absoluto de toda la realidad. El destino de universos enteros depende de la batalla final, que se librará bajo las rojas llamas del Prates, en el corazón de Tramórea.