A orillas del río Paraná, donde vive exiliado Julián, un antiguo guerrillero español, en compañía de su mujer, Irene, polaca de nacimiento, acude el historiador estadounidense Esteban Estrabón para investigar las partidas de maquis que operaron en España después de la Guerra Civil. Tras una breve vacilación, el guerrillero acepta, y los tres se ponen en marcha, camino primero de Varsovia, después de Saint Denis, en las afueras de París, y por último de la serranía de Teruel, que recorrerán minuciosamente para reconstruir el pasado que forma parte de la historia reciente de España.
La partida a la que perteneció el guerrillero, integrada por miembros del Partido Comunista y del Partido Socialista, estaba liderada por Grande, comunista y combatiente de la Guerra Civil, teórico de la revolución, devoto seguidor de Stalin, y Gafitas, un hombre de acción, escéptico ideológicamente, un intelectual metido a guerrillero y también un personaje enigmático.
El objetivo del antiguo guerrillero al emprender el viaje es precisamente desentrañar la zona en sombra que oculta a ese hombre que desapareció justo antes de que la partida fuera evacuada para partir al exilio. Y la clave se la pueden proporcionar dos antiguos compañeros: un sepulturero anarquista y el Cojo.
Para Julián, volver es reencontrarse con un mundo periclitado que se mantiene intacto en su memoria y que rememora habitándolo con los recuerdos y las presencias de otra época. Y en el reencuentro con los compañeros se despejarán muchas claves que el olvido mantenía herméticamente selladas. Claves que dan cuenta de infiltrados, de ejecuciones ordenadas y no ejecutadas, de gerifaltes del franquismo que salieron de esta misma serranía llena de revolucionarios y luchadores.