Durante miles de años la Humanidad ha explotado la Tierra sin tener en cuenta las consecuencias. Ahora que el calentamiento global es evidente para cualquier observador imparcial, la Tierra comienza a vengarse. En este apasionado alegato, James Lovelock argumenta que, aunque el cambio climático es inevitable, todavía no es demasiado tarde para salvar la Tierra.