Jackson Brodie, un ex investigador ahora retirado, se enfrenta a un caso de secuestro que tiene su origen en un asesinato perpetrado hace ahora treinta años.
La primera novela policíaca de Kate Atkinson.
Hay momentos imposibles de olvidar: aunque hayan pasado treinta años desde entonces, Joanna aún recuerda el sendero en el campo y la tarde de verano en que un hombre de repente se acercó a su madre y a sus hermanos y acabó con la vida de toda la familia. Ella, una niña de seis años, consiguió huir y ahora es una mujer que intenta llevar una vida apacible con su marido y su hijo. Mientras Joanna trabaja, el bebé se queda al cuidado de Reggie, una adolescente que ya ha aprendido a bregar con el dolor.
Las cosas parecen transcurrir de la mejor de las maneras, hasta que un buen día el pasado vuelve para presentar factura: Joanna y el niño desaparecen sin dejar rastro y quien se ve involucrado en la investigación de este extraño caso es Jackson Brodie, un hombre adorablemente imperfecto que trabaja como detective y siempre acaba confundiendo profesión y vida privada.
Los caprichos del destino van a unir a Joanna, a Reggie, a Brodie y a la inspectora Monroe en un juego fascinante, que rompe los límites de la novela de género y nos muestra la fuerza de una escritura donde el talento está en los detalles.
«Como lector, me sentí conmovido. Como novelista, sentí envidia.»
Stephen King
Reseña:
«Al convertirse en autora de novelas policíacas, Kate Atkinson ha mejorado sus cualidades literarias. Es, como nunca hasta ahora, una espléndida escritora, a secas.»
The Guardian