Un retrato pavoroso y sincero de la guerra y de la degradación humana que esta provoca.
«Había estado buscando una muerte grandiosa y descubrió que, después de todo, sólo existía un tipo de muerte. Era un hombre.»
Con tan solo veinticuatro años, Stephen Crane cambió el curso de la literatura bélica. Ambientada durante la Guerra Civil americana, esta es la historia de un joven que se alista voluntario para defender unos ideales poco a poco destruidos por el fragor de los cañonazos. La guerra deja de ser así un escenario romántico para convertirse en un infierno de fango, desesperación y miedo. Con talento inigualable, Crane conjuga la descripción expresionista de la batalla con las dudas del individuo hacia su entereza.
Reseña:
«Sintético, rápido, intuitivo, certero, exento de retórica fácil y de pedantería inane, Crane se inspira siempre en la zona más dura de la realidad, donde habitan, entre otras plagas, la guerra, el alcoholismo y la prostitución, temas que conocía mejor que nadie.»
Luis Alberto de Cuenca, ABC cultural