Hay cuestiones capaces de provocarnos un escalofrío con sólo pensar que podemos topar con ellas en algún examen. La clase de preguntas que, en boca de nuestros hijos, pueden producirnos sudores fríos de imprevisibles consecuencias. La forma de interrogantes que siempre deseamos que nuestros padres, maestros, amigos o amantes hubieran tenido el valor de afrontar, aunque sólo fuera de refilón. Unas demandas a las que este libro pretende dar respuesta, aunque sea parcialmente.