Los bienes culturales constituyen un sector económico de primera magnitud y en continuo crecimiento, que generan más de cinco millones de empleos en la UE y representan el cuatro por ciento del PIB español. Pero aunque impresionantes, estas cifras son sólo una parte del iceberg.
En el siglo XXI, el acceso inmediato a la cultura a través de la web está transformando la forma de hacer política cultural internacional. Los ciudadanos adquieren poder a la vez como productores y consumidores activos de bienes culturales. Las redes eliminan fronteras y permiten a los artistas proyectarse sin necesidad de giras ni de grandes campañas de promoción.
En este contexto cambiante, las administraciones encargadas de la proyección cultural exterior tienen que encontrar nuevos modelos de actuación. Este libro explora esas posibilidades a través de sus principales protagonistas: los actores públicos, las empresas y la sociedad civil. Es un valioso manual práctico escrito por algunos de los más activos profesionales españoles e internacionales. Cada capítulo va acompañado de un estudio de caso que proporciona un acceso directo y práctico a toda la diversidad actual de acciones de proyección cultural internacional.