Benson Fisher pensaba que una beca para ingresar en la academia Maxfield sería un billete hacia el fin de una vida sin sentido. Se equivocaba. Ahora está atrapado en un colegio rodeado por una alambrada. En el que cámaras de seguridad siguen cada uno de sus movimientos. En el que no hay adultos. En el que los alumnos se han dividido en grupos para poder sobrevivir. En el que saltarse las normas significa la muerte.