La extraordinaria vitalidad que el judaísmo hispánico había llegado a poseer entre los siglos XI y XV se vio truncada el 31 de marzo de 1492. Ese día, Los Reyes Católicos firmaron la prohibición de la práctica de la religión hebrea; o los judíos se bautizaban integrándose en el Reino o estaban obligados a abandonar el territorio. Se sostiene a menudo que la expulsión fue una muestra de la barbarie de los tiempos. Sin embargo, tal y como explica el autor, los reyes Católicos se vieron obligados a resolver un problema de ámbito europeo y muy duras aristas.
Luis Suárez reconstruye en esta obra uno de los episodios más relevantes de la historia de Europa entre los siglos XIII y XV y analiza cuáles fueron las raíces del conflicto a través de los siglos de convivencia entre judaísmo y cristiandad, así como las derivaciones, no sólo culturales, sino económicas y étnicas que esa decisión tuvo en el devenir del continente.