Desde la bíblica Antigüedad del desierto del Génesis hasta el asfalto de Nueva York, todo navega en el corazónde los mortales, en un mar de dulzura. En esta novela se mezclan paraísos perdidos y ciudades míticas, melodías del alma y sensaciones de la carne. Manuel Vicent nos recuerda cómo el perfil del fratricida se funde con nuestramemoria, transgrede el tiempo y vive errante por la tierrareencarnándose en sucesivas figuraciones.