En la Península Ibérica convergen literaturas vinculadas a estados-nación, literaturas nacionales sin
rango estatal e incluso literaturas anacionales (como las escritas en hebreo o árabe), por no hablar de las que adquieren una dimensión extrapeninsular, como la hispanoamericana, la lusófona o, con otro criterio, la europea. De ahí la importancia de plantearse, como ha hecho Fernando Cabo, la cuestión del lugar de la literatura española, que implica cuestiones como la misma invención del concepto (con una decisiva aportación de extranjera), la recepción que ha tenido en Europa a lo largo de los siglos, su relación con otras tradiciones literarias, la importancia que cobra el relato de lo oriental o la dimensión americana (de la época colonial a la universalización del boom, pasando por el modernismo). El presente ensayo completa con una perspectiva global, de corte comparatista, las aportaciones de los volúmenes anteriores de esta Historia.