Catherine Gehrig, conservadora del Museo Swinburne de Londres, ve cómo su vida se derrumba tras la muerte de su compañero de trabajo y amante de los últimos trece años. Su último correo "Besos en los dedos de los pies", llega a su buzón cuando él ya ha muerto, y Catherine se derrumba por la carga añadida de tener que esconder sus sentimientos. Pero su jefe, quien conoce el secreto, le encarga un proyecto que la mantendrá alejada del escrutinio de los demás: debe volver a poner en funcionamiento un autómata celosamente guardado en el museo. En sus esfuerzos casi detectivescos, Catherine descubre también una serie de cuadernos pertenecientes a Henry Brandling, quien, dos siglos atrás emprendió la ardua búsqueda, a través de artesanos y relojeros, de un pato artificial cuya similitud con un organismo vivo devolviera la alegría a su hijo enfermo. Así, dos seres solitarios separados por el tiempo se unen en torno al misterio de la creación y la poderosa química del cuerpo.