Javier juega con las palabras. Las estira, las dosifica, las vapulea y las combina con la naturalidad de quien tiene un don para ello. Es publicista. En su agencia también trabaja Sara. A Sara le gusta sentirse cercada por las frases encadenadas de Javier, por sus travesuras sintácticas, por sus brillantes ideas envueltas para regalo. Sara y Javier inician una relación sexual que termina siendo sentimental. Al mismo tiempo Javier comienza su subida al parnaso, su ascenso meteórico a lo más alto de una carrera que lo es todo para él. Un joven publicista de gran éxito, con todo lo que ello conlleva.