«Me llamo Gauss, tengo diez años (once en agosto, sí, soy Leo) y digo siempre la verdad. Es mi característica principal, mi marca de fábrica, mi bandera y -según mamá- mi peor defecto.»
Por su manía de decir siempre la verdad, Gauss se ha metido en más de un problema, sobre todo con su familia, cuya menor rareza es haber llamado a un niño con el apellido de un famoso matemático. Y en esa casa, aparentemente abierta e inconformista, Gauss se ha topado con un obstáculo que parece insalvable: nadie quiere hablar de su padre, a quien nunca conoció. Cada vez que intenta sacar el tema, su madre evita el asunto y su abuela Olimpia apaga el audífono y se hace la loca. Para empeorarlo todo, su hermanastra Leonora ha enfermado de algo llamado adolescencia. Aun así, Gauss no se resigna y, cansado del mutismo familiar, va en busca de la verdad pese a quien pese. Al final de ese viaje, a través de la ingenua e inteligente mirada de Gauss, comprenderemos ciertas verdades fundamentales sobre los lazos familiares y el sentido de la amistad.
La crítica ha dicho...
«Uno de los méritos de esta novela, además del de redescubrir a los lectores el placer de mirar el mundo con ojos de niño, es el de ser capaz de combinar una historia apasionante con momentos de ironía y humor que, junto con su estilo ligero, hace de este libro de Silvia Tesio un texto que no debe perderse entre el vasto más de la literatura contemporánea.»
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