En El azar creador, Ambrosio García Leal afronta decisivas cuestiones relativas al progreso evolutivo y para ello aporta la noción de «bomba de complejidad»; ésta promueve la plasticidad fenotípica y permite comprender por qué, a pesar de todo, los organismos parecen alejarse cada vez más de la complejidad mínima y cómo consiguen enfrentarse de modo eficaz a entornos impredecibles. Asimismo, introduce una nueva concepción de la individualidad darwiniana, compatible con la integración de los individuos en asociaciones cooperativas susceptibles de ser favorecidas por la selección natural. A la hora de independizarse de la incertidumbre ambiental, el sexo y la capacidad de aprender desempeñan, según el autor, un papel fundamental.