La medicina está en quiebra. Mientras los pacientes creen que los fármacos que toman son seguros y están aprobados, y los médicos intentan prescribir los medicamentos más efectivos, en la industria farmacéutica global, que mueve cada año casi 5 billones de euros, reina la corrupción y la avaricia.
Los médicos y los pacientes necesitan estudios científicos solventes para poder tomar decisiones informadas. Pero las empresas proporcionan una información sesgada de sus medicamentos, distorsionando y exagerando los resultados y eliminando aquellos aspectos que no les favorecen. Las agencias reguladoras de los gobiernos ocultan información de vital importancia. Y médicos y asociaciones de pacientes aparentemente independientes están financiados por la industria. El conjunto de estos factores hace que, inevitablemente, un gran número de pacientes se vea perjudicado por las malas prácticas de la industria farmacéutica.
Mala farma es un ataque claro e inteligente a este estado de cosas, y nos demuestra con toda exactitud las distorsiones a las que se ve sometida la ciencia, cómo ello contribuye a la destrucción de nuestros servicios de salud, y qué facil sería arreglar esta situación.