Una novela de personajes que nos habla de nuestras debilidades y de la cobardía que nos impide acercarnos al otro, para amarlo o respetarlo o comprenderlo
Ignacio Vildsvin y sus dos hijos son el centro de un bufete familiar de abogados que ha visto tiempos mejores. Por allí desfilan una joven de la que abusó el cura de su pueblo, una anciana rica y algo enajenada a la que su sobrino quiere inhabilitar y un concejal corrupto.
Estos casos no son nada más que una ventana para asomarnos a la familia Vildsvin, a las limitaciones afectivas de los hijos, a la tiranía del padre y al instinto de supervivencia de las tres mujeres que los acompañan, siempre a la sombra pero aferradas a la vida más que a las circunstancias.
La vida desatenta nos habla de la destrucción de la familia, de nuestras debilidades, de la cobardía que nos impide acercarnos al otro. Para amarlo. O respetarlo, o siquiera comprenderlo.