El anarquismo sobresale por encima del resto de ideologías por una razón clara; no existe como tal si la práctica no va unida a la teoría. Una persona anarquista, cooperativa, mutualista, individualista, naturista, atea, neomalthusiana o humanitarista puede siempre comportarse como tal en la vida pública y privada, en cualquier entorno cotidiano. Basta con que que desafíe poderosamente cualquier autoridad y cualquier desigualdad.
Por este motivo el anarquismo puede aparecer en momentos de grandes alteraciones sociales o en periodos de calma, en zonas industriales o en el agro, en ciudades o en cuencas mineras. Y siempre con la misma divisa: «Contra toda autoridad». Esa es la fuerza del anarquismo, su poderosa base ideológica y vitalista.
Este libro anhela abrir caminos y dejar pistas para navegantes que quieran cartografiar la disidencia. Señales que indiquen por dónde seguir, para distinguir la desobediencia, la crítica constructiva, la sátira inteligente y la lucidez mental en tiempos de confusión y pensamiento único.