Peter Heather, autor de esas dos obras maestras que son La caída del Imperio Romano y Emperadores y bárbaros, nos cuenta ahora lo que sucedió después, a partir de la caída del Imperio de Occidente en el año 476, en un mundo en que, pese a la desaparición del estado romano, la vieja civilización persistía en muchas partes sin grandes cambios. Hubo en los siglos siguientes tres grandes intentos de restaurar el Imperio, protagonizados por Teodorico, Justiniano y Carlomagno. Cada uno de ellos consiguió restablecer el viejo poder en un grado suficiente como para proclamarse legítimo heredero del título imperial, pero ninguno logró afianzar una estructura capaz de perdurar, como lo había hecho el viejo Imperio. Hasta que, a partir de la reinvención del Papado en el siglo XI, gentes nuevas, de sangre bárbara, utilizaron las herramientas imperiales romanas para crear una nueva estructura, el Imperio papal, 0201C;mucho más poderoso y opresivo que el que los primeros romanos administraron0201D;, que ha seguido en activo desde hace mil años.