La nostálgica, cómica y tierna historia de una familia de clase media-baja en el Madrid de principios de los 80
«Una novela deliciosa. Se disfruta con una mezcla de nostalgia y dolor. Me fascina su forma de relatar nuestras vidas, lo parecido era todo entonces en todas las casas.»
Máxim Huerta
Recuerdo las cosas más curiosas de mi infancia a principios de los ochenta. No me preguntes por los afluentes más importantes de la Península, ni por las ecuaciones de segundo grado, ni por las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique. En cambio, recuerdo el intenso sabor del ColaJet de limón, la rugosidad de las costras en mis rodillas, la barriga de John Wayne en los westerns de Primera Sesión, la ansiedad por conseguir chapas que no estuvieran dobladas o la alegría de ver a Santillana marcar un gol. Recuerdo la manera exacta en que el aliento de mi padre olía a Soberano; y la frase favorita de mi madre: «¿Te crees que soy el bancospaña?». Recuerdo que la felicidad era el primer mordisco del dónut en el recreo de las once. Quizá recuerdo todas esas cosas porque están entrelazadas con el momento en el que descubrí por fin toda la verdad sobre las mentiras de mi familia.
Yo debía de tener once años, o quizá diez, o quizá doce, el día en que papá vendó teatralmente los ojos de mamá con un paño de cocina y la condujo a ciegas al salón...
La crítica ha dicho...
«La novela es de una potencia evocadora brutal. Ha sido como volver a la infancia. Toda la novela está siendo un reencuentro con cosas que de pronto recuerdo.»
Juan Tallón (El País, Jotdown)
«Me he reconocido tantas veces a lo largo de la narración que ha habido momentos en los que me he preguntado "¿cómo es posible que este señor esté escribiendo sobre mí?"»
Mar de tinta
«Una novela que se erige como un canto a la inocencia infantil y a los efectos positivos, y quizá también negativos, que implica el hecho de viajar al pasado.»
Tras la lluvia literaria
«Al leer ciertas escenas no podía dejar de sonreír porque era como si el protagonista compartiera también muchos de mis recuerdos.»
La ventana de los libros
«Un humor original e imaginativo, que se derrama por las páginas de la novela en forma de geniales destellos.»
El fogón literario
«Una voz muy enternecedora, cercana, ingenua y divertida que como cualquier niño tiene sus propios problemas, alegrías y prioridades.»
Adivina quién lee