¿El libro de papel está condenado a su desaparición? En absoluto. Casati, que a pesar de lo que pudiera parecer no es un ludita o un analfabeto digital, sino el director del centro de referencia europea en investigación, nos invita a plantar a las grandes corporaciones empeñadas en introducir su tecnología para crear posibilidades de negocio, no sólo para vender sus lectores, tabletas y teléfonos, sino principalmente para introducirse de la manera más directa posible en la mente del lector y crearles nuevas necesidades.
El autor reivindica el libro clásico de papel como objeto que pone una frontera clara a las intrusiones constantes, a las posibilidades de distracción, y reivindica la necesidad de una lectura atenta para llegar a una comprensión necesaria de los textos. Es, en definitiva, un alegato contra un colonialismo digital que amenaza ya con apoderarse incluso de la educación.
Fe de erratas: En la cubierta del libro presentamos a Roberto Casati como director del CNRS en lugar de investigador del CNRS. Pedimos disculpas al autor y a los lectores por este error.