El último recurso se dirige a un lector adulto, bien preparado, que desea estar informado por si algún día, en caso de enfermedad terminal, pudiera encontrarse en ese instante crucial en que el sufrimiento pasa a ser tan insoportable que podría considerar seria, consciente y libremente poner fin a sus días con dignidad. Isaac Asimov, poco antes de morir, escribió : «Ningún ser humano decente permitiría que un animal sufriera sin poner fin a sus males. Sólo con los seres humanos son éstos tan crueles como para permitirles seguir viviendo en el dolor, en la desesperanza, como un muerto viviente, sin hacer un gesto para ayudarles. El último recurso lucha contra esta actitud».