«Hay porquería por el suelo (muck) y tiene que ser arrancada con el rastrillo (rake). Quienes lo utilizan son indispensables para el bienestar de la sociedad, pero sólo si saben cuándo parar02026;». Sin pretenderlo, el presidente Teddy Roosevelt había acuñado un término que acabaría calificando un tipo de periodismo, el muckraking 02013;llamémosle «de denuncia»02013;, que llegaría hasta el Watergate o wikileaks. Pero, ¿quién decide cuándo parar y por qué?
A principios del xx, Estados Unidos era un país en ebullición, incapaz de contener los excesos de un capitalismo industrial desbocado, desbordado por oleadas de inmigrantes, un caldo de cultivo ideal para las desigualdades, y la corrupción política y económica. Periodistas y escritores se propusieron desenmascarar sistemáticamente esas lacras e intervinieron en la vida pública denunciando la corrupción, los abusos empresariales, las infrahumanas condiciones laborales y de vivienda, la manipulación de los alimentos02026; Gracias a una investigación concienzuda, sus crónicas promovieron cambios legislativos o tuvieron una insospechada repercusión social. Eran otros tiempos. ¿O no?
La selección recogida en este libro reúne textos seminales de esos pioneros del periodismo crítico, así como un completo estudio de lo que representaron estos muckrakers, unos textos imprescindibles también para este tiempo «problemático y febril» en que vivimos.