La voz de Adonis destaca entre el silencio y la hipocresía que acompaña cada atentado, cada golpe perpetrado por un islamista al grito de «Allahu Akbar». Se insiste en que el islam es una religión de paz, y que el terrorismo no tiene cabida en ella. En esta obra, Adonis quiere ir más allá, argumentando la necesidad de un debate en el seno de la cultura árabe. Un debate que cuestione la violencia intrínseca, el analfabetismo, la misoginia, la ignorancia y el oscurantismo que cierto islam ha inculcado en la sociedad árabe.
Adonis aboga por una relectura libre y reflexiva de la cultura árabe, que ponga en valor un pasado de lucha y discrepancia que el islam ha ido ocultando de forma sistemática, y que permita llevar a cabo una verdadera primavera árabe que acabe de una vez por todas con la agonía de una religión que lleva quince siglos sumiendo a sus fieles en la oscuridad. Su sueño, afirma en el libro, es que Estado Islámico sea el último grito de desesperación de un islam que fallece.
«Descubrí que toda nuestra historia había sido falseada, inventada, y que los verdaderos artífices de la civilización árabe, los que la habían dotado de grandeza, fueron prohibidos, condenados, rechazados, encarcelados e incluso crucificados. Toca releer nuestra civilización y analizarla de un modo distinto: con una nueva mirada y una nueva humanidad.» Adonis