Una noche de victoria electoral, un consejero de Fomento, bien situado para liderar el partido, eufórico y con exceso de alcohol, quiere rematar la noche contratando los servicios de una prostituta. Entre las brumas de la resaca del día siguiente, recuerda que ha perdido la cartera y el teléfono móvil, y que seguramente la prostituta era un travesti. Los mundos de ambos 02014;el del tráfico de drogas, el proxenetismo, el de un periodista arruinado que conoce al travesti, y, por parte del político, el partido, su gabinete de prensa y la familia02014; van a colisionar por un azar imprevisto, y sobre todo por la intervención de un bloguero que quiere conseguir una noticia de impacto en las redes sociales.