Un fugitivo de la justicia llega en un bote de remos a una isla desierta sobre la que se alzan algunas construcciones abandonadas. Pasado el tiempo, el protagonista descubre el fin de su soledad absoluta, ya que en la isla han aparecido otros seres humanos. Los observa, los espía, sigue sus pasos e intenta sorprender sus conversaciones.
Ese es el punto de partida del misterio, del tránsito continuo de la realidad a la alucinación que poco a poco lleva al fugitivo hasta el esclarecimiento de todos los enigmas.