Una nueva edición de la poesía completa de Carlos Barral, uno de los grandes poetas de la generación del 50, a cargo de Andreu Jaume.
Antes que editor y memorialista, Carlos Barral fue poeta. A menudo alejado de las corrientes estéticas al uso, creó un mundo en el que se entreveran meditaciones acerca de la vida civil y moral de su época -la segunda mitad del siglo XX-, la elegía por el paisaje mediterráneo de su Calafell natal, el viaje, la pintura y, ya en el último tramo de su obra, el miedo y la decadencia en las cercanas costas de la muerte.
En esta nueva edición de su poesía completa -al cuidado de Andreu Jaume y con epílogo de su nieto, el editor Malcolm Otero-, recuperamos el título con el que Barral reunió por primera vez su obra en verso, Usuras y figuraciones, proponiendo una nueva secuencia de los poemas que muestra su evolución estética y permite al lector disfrutar de una de las poéticas más personales de la literatura española contemporánea.
Reseña:
«Usuras y figuraciones, este excelente volumen recoge toda la obra poética de quien no perteneció a movimientos ni corrientes. Carlos Barral; destacado poeta, memorialista y editor de la generación de 1950, su lirica es autobiográfica, testimonial, intimista, culta y elaborada.»
Jesús Ferrer, La Razón
«A Carlos Barral se le reconoce su papel como editor y memorialista, pero pocos, incluso entre los muy pocos que leen poesía, han leído sus versos. Lumen publica los poemas completos de Barral, recuperando el título Usuras y figuraciones. Sus versos son mucho más que la cristalización poética de su imaginario: la mar, el paisaje perdido, el miedo a la muerte, la heráldica o el trabajo etimológico de las palabras. Son la expresión última del núcleo barraliano y nos permite acercarnos a alguien excepcionalmente sensible, sufridor y frágil. Al tuétano de un Barral real que fue muchas cosas pero solamente quiso ser, y fue, un poeta excepcional.»
Josep Massot, La Vanguardia
«Barral fue uno de los más originales poetas de su tiempo.»
El Cultural
«Barral fue el campeón de los coloquios virtuales, cuando no había ni puente aéreo ni AVE sino voluntad de entendimiento, alegría de encontrarse. (...) Carlos Barral, capital mayor del entendimiento.»
Juan Cruz, El País