Aquiles en el gineceo cuenta el proceso subjetivo de formación de la ejemplaridad.
Sirviéndose de un mito griego presenta los dos estadios que debe recoger el yo para convertirse en un individuo ejemplar. Aquiles pasó su adolescencia en un gineceo siendo inmortal como un dios y en determinado momento lo abandonó rumbo al campo de batalla de Troya donde sabía que iba a morir. ¿Por qué tomó esta decisión? Elige ser mortal porque la mortalidad es el precio que debe pagar por llegar a ser verdaderamente individual y merecer el título del mejor de los hombres. Todos nosotros recorremos ese mismo camino del gineceo a Troya y, como Aquiles, debemos aprender a ser mortales para ser individuales.
Cada uno de los títulos de esta tetralogía es autónomo y de lectura independiente y al mismo tiempo los cuatro forman parte de un plan unitario en torno a la idea de la ejemplaridad: su historia y su teoría general, su formación subjetiva, su aplicación en la esfera política y su relación con la esperanza.