Banco de sangre dice algo y su contrario. Como la sordidez y la ternura que su autor encontró al ver las imágenes captadas por la fotógrafa Nan Goldin para su libro The ballad of sexual dependency y que sirvieron de primera inspiración para poemas, personajes y situaciones.
Poemas de la soledad y la búsqueda, lugares cercanos y extraños, habitaciones, almacenes, ventanas desde las que ver aviones y, al mismo tiempo, tu reflejo en lavabos azules. Televisores encendidos en estancias donde las máscaras se colocan sobre animales heridos. Una espiritualidad buscada y no encontrada en el último templo posible, el cuerpo, los sentimientos.