Camino de perfección está considerada como la Carta Magna de las Comunidades Carmelitas Descalzas, un tratado sobre la obediencia. Santa Teresa de Jesús escribió Camino de Perfección para resumir a las hermanas religiosas el ideal de la descalcez. Sin embargo, los censores de la época se asustaron al ver la libertad de espíritu que reflejaban algunos pasajes —sobre todo los que se referían a la penosa situación de la mujer en aquel momento—, y las múltiples tachaduras que hicieron en el original obligaron a reescribir el libro.